07 Oct
07Oct

1 El día de la fiesta de Pentecostés, los seguidores de Jesús estaban reunidos en un mismo lugar. 2 De pronto, oyeron un ruido muy fuerte que venía del cielo. Parecía el estruendo de una tormenta, y retumbó por todo el salón. 3 Luego vieron que algo parecido a llamas de fuego se colocaba sobre cada uno de ellos. 4 Fue así como el Espíritu Santo los llenó de poder a todos ellos, y enseguida empezaron a hablar en otros idiomas. Cada uno hablaba según lo que el Espíritu Santo le indicaba.5 En aquel tiempo, muchos judíos que amaban a Dios estaban de visita en Jerusalén. Habían llegado de todas las regiones del Imperio Romano. 6 Al oír el ruido, muchos de ellos se acercaron al salón, y se sorprendieron de que podían entender lo que decían los seguidores de Jesús. 7 Estaban tan admirados que se decían unos a otros:«Pero estos que están hablando, ¿acaso no son de la región de Galilea? 8 ¿Cómo es que los oímos hablar en nuestro propio idioma? 9 Los que estamos aquí somos de diferentes países. Algunos somos de Partia, Media y Elam. Otros vinimos de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, Asia, 10 Frigia, Panfilia y Egipto, y de las regiones de Libia cercanas al pueblo de Cirene. Muchos han venido de Roma, otros han viajado desde la isla de Creta y desde la península de Arabia. 11-12 Algunos somos judíos de nacimiento, y otros nos hemos convertido a la religión judía. ¡Es increíble que los oigamos hablar, en nuestro propio idioma, de las maravillas de Dios!» Y no salían de su asombro, ni dejaban de preguntarse: «¿Y esto qué significa?»13 Pero algunos comenzaron a burlarse de los apóstoles, y los acusaban de estar borrachos.

Observa

Es el día de Pentecostés, la fiesta de la cosecha, y los creyentes están reunidos en un solo lugar. De repente, lo que suena como una ráfaga de viento violento viene del cielo y llena toda la casa. ¡Lo que parecen lenguas de fuego reposan sobre cada uno de los creyentes que son llenos del Espíritu Santo y comienzan a hablar en otros idiomas! Los judíos temerosos de Dios de mu- chos países están reunidos en Jerusalén, y cada uno escucha hablar su propio lenguaje. Quedan asombrados porque saben que los creyentes son galileos que no saben hablar otros idiomas. Los espectadores quedan asombrados, se hacen preguntas sobre lo que está pasando; otros son despectivos y dicen que es exceso de vino.

Reflexiona

Recibimos el don del Espíritu Santo, que es Dios, cuando depositamos nuestra confianza en Jesús. Podemos confiar en Él para que nos dé fuerza para vivir una vida santa como nuestra nueva naturaleza como hijos de Dios. Él produce frutos espirituales en nosotros como el amor,el gozo, la paz, la paciencia, la benig- nidad, la bondad, la fe, la mansedum- bre y el dominio propio (Gál. 5:22–23). ¡Es verdaderamente asombroso que el Espíritu de Dios viva en nosotros!

Aplica

Si eres cristiano, el Espíritu Santo mora en ti. ¿Qué fruto ves que el Espíritu Santo da en tu vida?

Ora

Espíritu Santo, ayúdame a vivir una vida que confíe en Cristo. Abre mis ojos, para que pueda crecer en mi comprensión de la Palabra de Dios. Guíame por tus caminos. En el nom- bre de Jesús, amén.

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