07 Jul
07Jul

11 El enojo de Dios fue tan grande que ya no pudo contenerse; le prendió fuego aJerusalén y la destruyó por completo.12 ¡Terminaron entrando a la ciudad los enemigos de Jerusalén! ¡Nadie en el mundo se imaginaba que esto pudiera ocurrir!13 Injustamente ha muerto gente a manos de profetas y sacerdotes. Dios castigó a Jerusalén por este grave pecado.14 Juntos andan esos asesinos como ciegos por las calles. Tienen las manos llenas de sangre; ¡nadie se atreve a tocarlos!15 En todas partes les gritan: «¡Fuera de aquí, vagabundos! ¡No se atrevan a tocarnos! ¡No pueden quedarse a vivir aquí!»16 Rechazados por Dios, los líderes y sacerdotes vagan por el mundo. ¡Dios se olvi- dó de ellos!17 Una falsa esperanza tenemos: que un pueblo venga a salvarnos; pero nuestros ojos están cansados. ¡Nadie vendrá en nuestra ayuda!18 Se acerca nuestro fin. No podemos andar libremente, pues por todas partes nos vigilan; ¡nuestros días están contados!19 Aun más veloces que las águilas son nuestros enemigos. Por las montañas y por el desierto nos persiguen sin descanso.20 La sombra que nos protegía era nuestro rey; Dios mismo nos lo había dado. ¡Pero hasta él cayó prisionero!21 Esto mismo lo sufrirás tú, que te crees la reina del desierto. Puedes reírte ahora, ciudad de Edom, ¡pero un día te quedarás desnuda!22 No volverá Dios a castigarte, bella ciudad de Jerusalén, pues ya se ha cumplido tu castigo. Pero a ti, ciudad de Edom, Dios te castigará por tus pecados.

Observa

El Señor descargó Su ira y juicio sobre Su pueblo. Nadie pensó que la ciudad de Dios, Jerusalén, podría ser ataca- da, pero ocurrió debido a la maldad de Su propio pueblo. Los profetas y sacerdotes de Israel, cuyo trabajo era purificar al pueblo, fueron rechaza- dos e impuros; Ya no son honrados ni respetados. Israel buscó ayuda de otras naciones, pero fue en vano, sus enemigos fueron demasiado rápidos y fuertes. Edom no se regocijará por la caída de Jerusalén por mucho tiem- po; su sufrimiento pasará a Edom, y Dios la castigará por su pecado. Por el contrario, el sufrimiento del pueblo de Dios llegará a su fin.

Reflexiona

Seguramente enfrentaremos situaciones y ba- tallas espirituales que parecerán abrumadoras. Dependamos completamente de Dios, en esos momentos, en lugar de tratar de resolver el pro- blema solos o de buscar otras salidas. Él nos dará lo que necesitemos para luchar y vencer.

Aplica

¿En qué áreas de tu vida necesitas hoy la ayuda de Dios? ¿Cómo te guía Dios para que confíes en Él?

Ora

Querido Dios, Tú eres mi ayuda en los tiempos de angustia. Permite que dependa completamente de Ti, confiando en que Tú me salvarás de la angustia. Oro en el nombre de Jesús, amén.

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