07 Aug
07Aug

1 Dios mío, fíjate en nuestra desgracia; date cuenta de que nos ofenden.2 Nuestras tierras y nuestra patria han caído en manos de extranjeros.3 Nos hemos quedado sin padre; nuestras madres han quedado viudas. 4 ¡Hasta el agua y la leña tenemos que pagarlas!5 El enemigo nos persigue. Nos tiene acorralados.6 ¡A nuestros peores enemigos, tenemos que pedirles alimento!7 Pecaron nuestros antepasados, ¡y Dios nos castigó a nosotros!8 Los esclavos se creen reyes, ¡y no podemos librarnos de ellos!9 Para conseguir alimentos, arriesgamos la vida en el desierto.10 Tanta es el hambre que tenemos que hasta deliramos.11 En todas nuestras ciudades violaron a nuestras mujeres.12 No respetaron a nuestros jefes; ¡los colgaron de las manos!13 Nuestros jóvenes y niños cargan leña como esclavos.14 Ya los jóvenes no cantan ni se reúnen los ancianos.

Observa

Jeremías le pide a Dios que recuerde lo que le pasó a Su pueblo. Enumera todo lo terrible. El pueblo perdió su herencia, la Tierra Prometida y sus hoga- res fueron entregados a extranjeros. Murieron los padres y maridos. No tienen los elementos esencia- les para la supervivencia, como el agua y la madera. Dependen de otras naciones para obtener alimen- tos y arriesgan su vida para obtenerlos. La gente es perseguida implacablemente por sus opresores, y las violaciones y asesinatos abundan en las calles de Sión. Los ancianos no son respetados, y los ni- ños y jóvenes son quebrantados bajo el peso de su duro trabajo. Se han ido los ancianos de las puertas de la ciudad, y la música y la risa ya no existen.

Reflexiona

No fue porque Dios se olvidara y necesitara que Jeremías le recordara, más bien, este profundo grito de angustia mostró que Jeremías y el pueblo entendieron que su única esperanza de rescate y restauración era Dios. Él no restauró a Israel por- que fueran buenos, sino porque fueron Su pueblo del pacto. De la misma manera, Diosresponde a nuestros gritos de angus- tia y nos rescata por la relación que te- nemos con Él a través de la fe en Jesús.

Aplica

¿A quién recurres en busca de ayuda en los tiempos de dificultad? ¿Cómo puedes estar seguro/a de que Dios responderá?

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